El Propofol es un fuerte anestésico de acción corta de color blanco lechoso (ya que se
disuelve en aceite de soja y lecitina de huevo), que se utiliza para conseguir
una rápida inducción al sueño, en pacientes que van a sufrir algún tipo de intervención
como por ejemplo: endoscopias, en casos de parto con cesárea, cirugía cardiaca,
neurocirugía...
Es de mencionar,
que en algunos estados de América, estaba permitida como droga de ejecución,
Missouri fue el primer estado en usarlo en reos condenados a pena de muerte
junto con otros fármacos.
En 1992 comenzó el abuso del Propofol con uso recreativo, siempre
relacionado con personal sanitario, principalmente anestesistas, al observar el
alto grado de placer que producía el fármaco en sus pacientes.
En 2002 se registró el primer caso de abuso de Propofol en
una persona no sanitaria, haciéndose adicto tras un tratamiento de migrañas que
había fracasado con el medicamento convencional.
Desde 2002 hasta la actualidad se ha ido restringiendo su
uso, ya que comenzó una moda en EE.UU. de abuso del Propofol debido a que dosis pequeñas del fármaco producen
desinhibición sexual y sueños con alto contenido erótico, a parte de la
sedación propia del medicamento, que induce a la adicción en personas con alto
grado de estrés, depresión, ansiedad…que junto a éstas enfermedades, presentan
problemas de insomnio y lo utilizan para poder dormir.
El Propofol
tiene altos efectos perjudiciales: entre ellos, amnesia, vómitos, cefaleas,
trombos, bajadas de tensión… y el llamado “síndrome de infusión de Propofol”
que termina con la vida del consumidor.
Cabe destacar,
que a largo plazo, el Propofol produce la muerte de las células musculares de
todo el cuerpo, incluido el corazón, con lo que pueden aparecer arritmias
mortales, como en el caso de Michael Jackson, cuya autopsia reveló un paro
cardíaco por abuso de Propofol.
Hasta siempre Michael!
Álvaro Molina @AMolinaR90
No hay comentarios:
Publicar un comentario